No exenta de polémicas inició la etapa del nuevo estratega nacional, Ricardo Gareca, al mando de la selección chilena. Se le cuestionó la nominación de algunos jugadores y también la ausencia de otros, algunos, por cierto, denominados históricos.
No obstante ello, el 22 de marzo quedará grabado, como el día del inicio del proceso del “Tigre”. Donde un equipo visiblemente ofensivo –al menos por nombres-, daba muestra de lo que sería esta nueva Roja. Y donde nadie extrañó la presencia de ningún otro futbolista, en esa victoria 3-0 sobre Albania, en Parma, Italia.
Los primeros minutos se pudieron vislumbrar algunos matices de lo que quiere Gareca para esta selección chilena, intensidad en la recuperación, transiciones rápidas ofensivas y un repliegue en zona propia a la hora de recuperar.
Nombres propios también comenzaron a surgir, entre los que se puede destacar la labor de Darío Osorio y del sorprendente, para algunos, Víctor Dávila, quien participó en las tres anotaciones.
Un triunfo contundente, sin contratiempos fue el saldo de un partido en el cual se vio a una selección distinta de la que estábamos acostumbrados en el proceso anterior.
Un Eduardo Vargas y un Alexis Sánchez protagonistas –por nombrar algunos-, que hicieron recordar los años dorados de la selección, invitan a ilusionarse con estos muchachos. Si bien queda mucho camino por recorrer, lo mostrado por este grupo, en este amistoso, hace que el corazón vuelva a latir y a que podamos volver a esperar con ansias el siguiente partido.
El martes 26 de marzo, a las 17.00, Chile tendrá un nuevo apronte, para la preparación de cara a la Copa América 2024, a disputarse en Estados Unidos, pero esta vez el oponente será, nada menos que el subcampeón del mundo.
Un buen resultado acá hará que invariablemente el hincha chileno, vuelva a creer en su selección. A esperar con entusiasmo el próximo partido de la Roja.