Oriundo de Molina, llega en 1945, al Fundo La Estrella, donde comienza su vida como capataz y, luego de unos años, emprende su propia empresa, logrando ser un destacado Empresario agrícola de la región.
En la Escuela Técnica de Molina ya resaltaba como deportista destacado, como arquero y, después, como basquetbolista.
Una vez en San Clemente y ya emprendiendo como agricultor, comienza a realizar labores sociales, a través del básquetbol, incitando a niños y jóvenes con pocas oportunidades, algunos inmersos en la droga y alcohol, a rehabilitarlos por intermedio de este deporte, con sus propios esfuerzos les adquiría implementos deportivos y realizaba prácticas los martes; jueves y domingo, en el Gimnasio Parroquial de la comuna.
Participaba activamente en desfiles, junto a su grupo de jóvenes y amigos de los cestos, recibiendo el reconocimiento de las autoridades comunales. En conjunto, organizaban eventos basquetbolísticos, con equipos de connotación nacional e internacional, lo que para la comuna era un gran acontecimiento que trascendió en aquella época (80-90).
Como equipo de básquetbol sanclementino, competía en diferentes campeonatos en Talca y Concepción, siempre manteniendo el espíritu de sacrificio, donde llevaba a sus jugadores en su propio vehículo, incluso haciendo dos viajes desde San Clemente hasta Talca, para cumplir los compromisos deportivos.
Dentro de la cancha fue un caballero, inculcaba en los jóvenes el respeto por los árbitros y sus rivales, nunca se ofuscaba y mantenía en alto el espíritu esencial de este bello deporte.
Reconocidas son sus comidas después de los partidos, que se jugaban los viernes en el Gimnasio Parroquial de San Clemente.
Era dentro de uno de sus galpones, donde aún se encuentra su cancha de básquetbol reglamentada, que aún tiene su récord de conversión de 54 tiros libres seguidos, con la mesa bien servida, fomentando la amistad y espíritu deportivo.
Fue hasta el 2007, ya con 80 años, cuando en San Clemente se le rindió un homenaje con destacados deportistas nacionales y autoridades, destacando que su último partido oficial lo hizo a sus 75 años.
En abril del 2012 fallece y, un grupo de amigos y cercanos a la familia basquetbolística de San Clemente, fundan el Club Deportivo de Básquetbol Jorge Meneses Maturana, tomando como pilares de esta institución el respeto, la perseverancia, el espíritu deportivo, amistad y, por sobre todo, ayuda al prójimo.
Su legado lo siguieron sus hijos, Álvaro y Marco, ambos destacados basquetbolistas y jugadores de Español de Talca en los años 90; además de sus nietos José Tomás, Agustín y Emilia, quienes se destacan en el club Basket UC de la Universidad Católica, mientras que, Clemente y Santiago, lo hacen en el equipo que siempre quiso, Español de Talca.