La disputa de los tradicionales torneos internacionales, a nivel de clubes, que desarrolla todos los años la Conmebol, como son la Copa Libertadores de América y Copa Sudamericana, colocan siempre en el tapete algunas interrogantes para los clubes chilenos que participan.
Al momento de jugarse las ligas locales, llegar a instancias internacionales asoma como un premio más que interesante, ya que se le mira como una vitrina internacional para proyectar jugadores y genera un ingreso económico no menor por participar y por cada triunfo obtenido.
Sin embargo, estando ya en competencia internacional no son pocas las dificultades que se presentan para los equipos nacionales.
Lo primero, son los planteles cortos para competir de manera simultánea en dos frentes, pues muchos optan por recibir recursos, pero no invertir en refuerzos de categoría para cumplir actuaciones, al menos dignas.
Y, eso, conlleva en que los técnicos aplican el manoseado concepto de la rotación, “botando” muchas veces el torneo local y tampoco alcanzando los objetivos planteados en el ámbito internacional. Hay ejemplos de equipos que, por avanzar fases o jugar copas, han terminado perdiendo la categoría.
Así las cosas, lo que, en un momento, asomaba como objetivo o premio, termina siendo un sufrimiento.
En la actual Copa Libertadores, los equipos chilenos(Colo Colo, Palestino, Cobresal y Huachipato), al menos se las han ingeniado para competir, ello independiente de la suerte final que corran para avanzar a los octavos de final o jugar por un cupo en la Sudamericana. El más débil ha sido Cobresal, que también está en la parte baja de la tabla del torneo local.
Por su parte, en Copa Sudamericana, tanto Coquimbo Unido como La Calera, ya quedaron eliminados de acceder a la segunda fase.
Para la semana próxima, se tiene contemplado disputar la última fecha de la fase de grupos en ambos torneos y se conocerá la suerte definitiva de los equipos nacionales.
La reflexión apunta a que el futbolista chileno debe estar capacitado para enfrentar un ritmo competitivo en el plano local e internacionales, pero también quienes conducen las sociedades anónimas, invertir, una parte de los ingresos económicos, en potenciar sus planteles y buscar la gloria alcanzada, alguna vez por Colo Colo, en Copa Libertadores, y Universidad de Chile, en Copa Sudamericana.
De lo contrario, seguirá siendo más que un premio un castigo llegar a instancias internacionales.