Los Juegos Panamericanos son una fiesta para América, cuando son de un solo deporte, como está vez, más grande aún, que fue solo de taekwondo.
Fue en Río de Janeiro, Brasil, esta edición, en este inicio de mayo, con todo muy organizado en el mismo gimnasio donde se hicieron los Juegos Olímpicos de 2016, un enorme lugar con aire acondicionado, acomodado para muchísima gente y con seis canchas.
El día uno, empezamos a ser jueces en el poomsae (rutina-movimientos), tres áreas para realizarlo y, por la tarde, en dos áreas se realizó el freestyle, teniendo representantes entre los 10 mejores del mundo, lo que le dio mucha más emoción a la competencia.
En la jornada dos se efectuó el kiorugy (combate), en seis áreas para todas las categorías adultas, en damas y varones, para terminar con las finales en tres zonas y darle más realce a la competencia.
En tanto, en el día tres se mantuvo el combate, con tres áreas donde también contamos con la presencia de clasificados a los Juegos Paralímpicos, con una excelente presentación.
Muchos deportistas llegaron a este Panamericano, como clasificados a Juegos Olímpicos y Paralímpicos y preparándose para esa gran cita y otros como atletas nuevos, que buscan un lugar en su categoría y siendo las grandes sorpresas.
En la convocatoria 4, se presentaron los cadetes y juveniles, en el Open, que si bien no da el puntaje que da un Panamericano, es una gran oportunidad para prepararse para otra competencia en México, que tiene lugar en junio.
El día cinco y último dió lugar a los adultos y paralímpicos a nivel Open, por ende, muchos deportistas del Panamericano se repitieron la jornada y nos dieron una gran fiesta deportiva, en ambos casos, seis áreas donde uno dió lugar al para y cinco a los adultos Open, terminando con finales, en seis zonas, de combate por la cantidad de deportistas disputando una medalla.
Una gran fiesta deportiva, la que se desarrolló sin problemas, con mucho respeto y amor por nuestro deporte.