El Abierto de taekwondo de Estados Unidos es una experiencia única, difícil de describir por la cantidad de emociones Si bien es un Abierto, muchos deportistas llegan a medirse con los americanos, haciendo de este un gran evento, en cuanto a participantes y muy bueno para cualquier atleta para medirse.
Estaban en invierno en Norteamérica, pero el frío allá no se siente, ya que adentro de los gimnasios todo es acondicionado y en el hotel también, así que solo supimos de frío en los traslados. Habíamos árbitros de América,obviamente, pero también varios de África y Asia.
El primer día trabajamos en poomsae (forma), que es una serie de movimientos de defensa y ataque que se ejecutan en una línea específica. Muchísimos participantes, siete canchas trabajando y nuestra más grande categoría fueron varones menores de 40 años, muy preparados, una serie demasiado difícil.
El segundo día ya empezó el combate y para eso trabajamos 10 canchas, en una de ella estuve, junto a dos arbitros de Corea, americanos, un keniata, un canadiense y un dominicano.
Fue una jornada muy intensa y larga, con categorías juveniles, livianas muy rápidas, los sistemas trabajaron bien y la cancha también efectiva, no hubo mayores problemas, buenos deportistas, pero terminamos a eso de las 20.00 horas, con mucho cansancio, estábamos derrotados.
El tercer día fue de categoría adultas, menos combates, pero de duración oficial, por ende, se alargó igual, donde estuvieron presente varios deportistas olímpicos.
Le dieron un enorme realce a los combates, habiendo tres chilenos en las finales, donde uno de ellos trajo un oro y dos platas, lo que significa que los árbitros chilenos no podemos estar en esos combates, pero se viven mucho mejor desde afuera
Tuve el honor de estar en la final -57 kilos damas, con un combate muy intenso y a tres round, todo salió bien. Se trató de una oportunidad muy agotadora, pero beneficiosa en cuanto a aprendizaje y experiencia.