Ya estamos disfrutando el mes de septiembre…. El 18 está a la vuelta de la esquina y es el momento de las empanadas, del vino y por cierto de poner en relieve-aunque no es una tarea tan fácil- nuestro baile nacional: la cueca.
Y precisamente en la cueca reza aquel adagio que no hay primera sin segunda ni segunda sin tercera…. Y eso queremos ponerlo en contexto en la realidad de los equipos maulinos que son actores en las diferentes competencias del fútbol, aquellas que están bajo el alero de la ANFP y también de la ANFA.
Siempre será importante recordar que la Región del Maule tiene representantes en todas las categorías del fútbol chileno y todos trabajan a diario por alcanzar sus objetivos, aunque muchas veces con distintas realidades tanto económicas, de infraestructura y también con resultados dispares en lo futbolístico.
En la primera división no ha sido un año tranquilo para Provincial Curicó Unido, elenco que ya tuvo un cambio de técnico(se fue Martín Palermo y asumió un hombre de la casa como Damián Muñoz), dando los albirrojos una dura lucha por mantener la categoría y evitar el descenso a la serie B.
Por su parte en la Primera “B”, Rangers de Talca, ha tenido un pasar un tanto tormentoso y después de vivir un ciclo con números rojos a cargo de Luis Marcoleta, intenta renovar confianzas de la mano de sus nuevo estratega Ronald Fuentes. Por ahora está lejano de hacer pensar a sus hinchas que dará una dura pelea por alcanzar el anhelado y hace rato postergado ascenso a la Primera A.
En la segunda división encontramos a Independiente de Cauquenes, elenco que ha tenido hasta ahora una temporada positiva y sus números lo han conducido a insertarse en los primeros lugares y seguir batallando por llegar a la Primera B. Aún queda campeonato en una categoría siempre dejada de lado.
Y como no hay primera… sin segunda… y sin tercera encontramos a Deportes Linares en la tercera A, transformándose sin duda alguna en una de las instituciones con mayor inestabilidad en el último tiempo. Pareciera ser que nunca alcanzó a consolidar ese título logrado en esta misma categoría y que lo instaló en la segunda división, donde después de un cumulo de errores y una rotación impresionante de técnicos convivió con el descenso.
Su andar en la Tercera A ha sido absolutamente negativo y producto de lo mismo ya empezó con sus cambios de técnicos.
La reflexión que sacamos analizando cada uno de estos escenarios nos lleva a concluir que a veces los éxitos deportivos que se logran deben ir necesariamente acompañados de una solidez institucional. Lo importante no es subir o mantener una categoría, sino que llegar potenciado y así no sufrir los vaivenes propios de la actividad que tanto nos apasiona.