Cuando pensamos en los Juegos Olímpicos, lo hacemos apuntando a los deportistas, en sus horas de entrenamiento , en lo que tienen que dejar por este sueño y muchas cosas más.
Pero nunca hemos pensado en las personas que se preparan para juzgar a estos deportistas y la relevancia del papel que ellos juegan, ya que sin su presencia no habría un ganador, sin su criterio y preparación no tendríamos cómo saber quién es el mejor.
Es por esto, que quiero contar la preparación de un referee para llegar a estas instancias deportivas.
En el caso personal, todo comenzó cuando como deportista decidí cambiar mi rumbo y dejar de competir para prepararme y arbitrar a mis pares, en el taekwondo. Me capacité y logré mi primera meta a nivel local, con lo cual pasaron los años y muchos eventos nacionales para ir logrando la experiencia y capacidad, sin dejar de lado mi disciplina, ya que además de seguir formándome en esta nueva área, no puedo dejar de crecer en grado en mi deporte. Pasados los años (12) y bien preparada, mi Federación me presentó a nivel internacional para rendir un seminario, el cual exige mucha preparación física, estudio y manejar la lengua internacional (inglés). Obtenido y aprobado este paso, comenzó la carrera ahora a nivel internacional, en el sector Panamericano, donde debí desempeñarme de la mejor manera por un par de años, viajando a los eventos invitada y continuando con mi carrera nacional, para nunca dejar de practicar.
Esto significa un gasto económico bastante grande, al igual que los deportistas, debemos viajar a los distintos lugares donde somos invitados, si bien se nos cancela un viático, no alcanza para el gasto del pasaje y lo que significa dejar un trabajo estable cada vez que se requiere salir del país.
Al pasar los años, haciendo carrera a nivel Panamericano, en algún momento el jefe de la Federación Mundial pudo ver este trabajo y me llegó la primera invitación a la Federación Mundial, fue en el 2017, a Moscú, donde empecé con la carrera a nivel intencional, cada vez mas costosa, porque los viajes son más lejos y el tiempo que duran son mas prolongados. Sumado a eso, debes ausentarte en el trabajo estable y con mas frecuencia, pues empiezan a evaluarte.
El año previo a los Juegos Olímpicos, se realizó un campamento por continente, asistiendo aproximadamente 60 referees. El del 2019 se realizó en ciudad de México, llegando 47 de esos 60 invitados, porque algunos países, como Venezuela, tuvieron complicaciones para presentarse. Este campamento son tres días, solo de entrenamiento y evaluaciones, físicas, escritas, prácticas en cancha, de pulsación, de juicio, etc, todas las competencias que necesita un árbitro. Terminada esta jornada (la mas agobiante y excitante que yo personalmente he tenido en mi vida) tuvimos que esperar los resultados aproximadamente un mes. De América clasificamos 14, Europa 14, Asia 15, África 6 y Oceanía 1. Recién ahí comenzó nuestra carrera a los Juegos Olímpicos de Tokio, ya que, de esos 50 clasificados, solo podrían llegar 30 a los JJ.OO.
En un año, debimos asistir a tres eventos grandes, organizados por la Federación Mundial, de los cuales fui a Roma, Sofia y Moscú, un Mundial en Manchester y a dos de los cinco Clasificatorios por continente, sin incluir, obviamente, para mí América, en mi caso, elegí África, Marruecos, y Europa, al cual no pude asistir por la pandemia.
En cada uno de los eventos, todos los clasificados fuimos evaluados por un comité muy estricto, que buscó a las personas idóneas para realizar esta difícil labor. Al final, solo 30 referees fueron seleccionados, de los cuales fuimos ocho de América, tres de África, nueve de Asia, 10 de Europa.
Cuando recibí la noticia de ser clasificada, fue casi tan emocionante (pienso yo), como cuando un deportista gana su cupo a los Juegos, puedes respirar y dar las gracias a Dios por que todo el sacrificio valió la pena, claro que la moneda tiene dos caras, porque también dejaste en el camino a compañeros que admiras y aprecias muchísimo y se han esforzado tanto como tú, pero esto es una lucha codo a codo, al igual que los deportistas.
Una vez que llegué al evento, estaba tan nerviosa, ansiosa, excitada, como cualquier deportista, y quizás más, ya que mi labor y desempeño, no solo es evaluado, sino también juzgado y criticado. Muchas veces, incluso por personas que ni siquiera saben de reglamento, y tienes la difícil misión de declarar al mejor exponente de tu deporte.
Mi primer combate, donde tuve la posibilidad de ser arbitro central, fue en una medalla de bronce, donde peleaban, Israel versus Turquía, una pelea muy difícil. En un momento, uno de los coach, pidió la revisión de una falta, poniendo en juicio mi criterio, pero gracias a Dios, pudo verse en las pantallas de video ripley que todo estaba correcto, y se continuó con el combate, pero lo que nadie puede ver detrás de esas situaciones, es la angustia, duda y cuestionamiento que tiene el árbitro durante esos minutos de la revisión del video. Son minutos que no podría describir con palabras, la boca se seca, el corazón late en el cuello y todo tu cuerpo suda y tiembla, tu cabeza solo se enfoca en lo que acabas de hacer y tratas de revisar en tu video mental la situación. Son minutos eternos, donde todos piensan en los deportistas y sus puntos o faltas, pero el árbitro esta pasando por un duro momento, cuando recibes la respuesta del video, tienes la opción de que el reclamo del coach sea aceptado y tengas que tragar saliva, tomar un segundo aire y corregir tu error, o el que fue mi caso, dar gracias a Dios volver a respiras y continuar, ya que el reclamo fue rechazado.
Cuando el combate termina y tu levantas la mano hacia el ganador, el árbitro, pese al resultado, se siente igual de ganador, agotado, adolorido, relajado, pero inmensamente feliz, porque todo ha terminado de la manera correcta.
Cada combate y cada experiencia es distinta, al igual que para los deportistas. Nunca será fácil entrar a la cancha, ya sea como juez de esquina, como árbitro central o la labor que te toque realizar, ya que todas conllevan a una tremenda responsabilidad y es que gane el mejor deportista. Esa misión solo se logra trabajando en equipo, un gran equipo formado esta vez para el taekwondo en Tokio 2020. La experiencia mas enriquecedora, excitante y gratificante que me ha tocado vivir.
*Profesora de E. Física, médico veterinaria y jueza internacional de taekwondo.