Competir a nivel olímpico y codearse con las mejores duplas del mundo en el vóleibol playa no era común en Chile, pues el país no había tenido un binomio tan exitoso como el compuesto por Marco y Esteban Grimalt.
CUMPLIERON
Los primos linarenses cumplieron su segunda actuación, luego de Río 2016, y llegaron a Tokio con la idea de dar la sorpresa. Y dieron batalla, quedando fuera de carrera en octavos de final, luego de caer 16-21 y 16-21 ante el equipo olímpico ruso de Ilya Leshukov y Konstantin Semenov.
Los maulinos, 25 del orbe, cayeron ante la pareja número ocho, pero se van con la frente en alto y siendo referentes del país, en un deporte que no tenía protagonismo.