“Mis amigos desaparecieron y también, las luces, cámaras y micrófonos. Lo que hablaba antes y, que parecía importarles a muchos, hoy ya no se toma en cuenta, mis amistades se alejaron y ya no me buscan como lo hacían antes… En fin, aquella burbuja en la cual viví, ya no está y, ahora, me toca enfrentar la vida real”.
En el caso descrito y en tantos otros, los deportistas experimentan la retirada deportiva, como un cambio que impacta en sus vidas. Son personas que no solo deben buscar nuevas ocupaciones, sino también aprender a desempeñar nuevos roles diferentes al de deportista que llevaban.
En este sentido, el Modelo de Trayectoria Deportiva de Pallarés (2011), se refiere a tres tipos de retiros deportivos.
El primero es el convergente, que es aquel en el que el deportista previo a su retiro tiene o ya cuenta con un trabajo relacionado o vinculando, así su trabajo posterior con el deporte: “Trabajo de monitor de natación. Yo sé que este trabajo no es el trabajo de mi vida, lo estoy haciendo porque si en otro trabajo les digo que me marcho cuatro días o un mes con la selección, me van a decir, no vuelvas, en cambio, en el Club me dan esas facilidades, no tengo aquí ningún problema para decirles me marcho una semana…”.
El segundo, es el modelo paralelo, que se da en aquellos casos en que el deportista profesional, al mismo tiempo, tiene un segundo trabajo o cursa estudios, por lo que, llegado el momento del retiro, ya cuenta con un trabajo a menudo relacionado al ámbito del deporte: “Yo siempre he continuado estudiando, porque después, por mucho que hayas sido campeón, la gente no te dará trabajo por ello…”. En ambos modelos (paralelo y convergente), ha habido una anticipación y preparación del deportista frente al retiro.
El último modelo y, lamentablemente, uno de los más frecuentes, es el lineal, caracterizadas por ser abrupto y frecuente. Stambulova (2000), la define como transiciones no-normativas, tal como lesiones graves o inexistencia de llamados de equipos para continuar su carrera.
Aquí se ven obligados a retirarse, encontrándose en un momento de retirada de la actividad sin saber qué hacer posteriormente.
Por lo anterior, es fundamental comprender, que, tras la retirada, comienza una “segunda vida”, con rutinas y hábitos diferentes, donde una buena toma de decisiones, previo al retiro resulta vital, además de educarse y prepararse mentalmente.
Claudio Arancibia Campos.
Psicólogo deportivo y ex – futbolista profesional.