Para quien escribe, el fútbol no es muy diferente a la vida misma, existen momentos buenos, momentos malos, buenos amigos, algunos enemigos, a veces todo cuesta y, otras veces, todo se da a pedir de boca.
Y, en ese sentido, el deporte rey evoluciona o involuciona, al igual que la vida y las culturas de los pueblos.
Es así, como en el tiempo que nos encontramos, lo que reina e impera, tanto en el balompié como en la vida, es la “cultura de la inmediatez”. En ella, donde todo se quiere rápido, de forma fácil, sin esfuerzo y donde todo debe ser como nosotros queremos que sea, no entendiendo ni de momentos, de tiempo ni, mucho menos, de “procesos”.
Y, es que precisamente, los “procesos” en el fútbol han sido los que más redito han dado a largo plazo y, han traído consigo, un crecimiento futbolístico e institucional, una cuidadosa planificación, con una identidad, con un proyecto deportivo y bases sólidas, el que puede tardar un tiempo en implementarse, pero que, con la mancomunión de todos los involucrados, tarde o temprano, se pueden lograr los objetivos propuestos.
Casos como el de Francia, Qatar, Independiente del Valle y, tantos otros, abundan.
Hoy por hoy, en cambio, la mayoría de los clubes, y en este incluyo a Rangers de Talca, los procesos son guiados por el entrenador de turno, de tal suerte, que si éste, por abc motivos abandona el proyecto, el proceso se esfuma junto con él y entonces hay que volver a empezar.
La hinchada, con cada vez menos paciencia con los técnicos y en sus directivos, pide la salida a vítores de uno u otro, al ver insatisfechas sus expectativas, sin pensar, en que, en un año más, se tendrá que partir de cero y que año a año se repetirá el mismo ciclo.
Esta situación, como ya dije al inicio, es transversal, aplica para cada faceta de la vida y, en situaciones como las relaciones humanas, la economía y, por supuesto, el fútbol.
Al parecer el deporte rey, tendrá que acostumbrarse a lo efímero, a los resultados por sobre la forma y al cortoplacismo, por sobre el crecimiento institucional y deportivo.
O quizás, en algún momento, nos demos cuenta que esta forma de pensar, solo nos está llevando a la insatisfacción permanente, a la frustración constante y a una sociedad, donde lo único que importa es la satisfacción inmediata y fácil de un anhelo.
Sin darnos cuenta, que lo verdaderamente importante para una institución es su historia, y ella se encuentra en los aprendizajes y crecimientos que la dedicación, el trabajo y el tiempo traen consigo.