Fue en marzo del 2020 cuando se detectó el primer caso positivo de Covid-19 en nuestro país y de ahí en adelante nada ha vuelto a acercarse a la normalidad. El fútbol, definido como pasión de multitudes, también sufrió síntomas “graves” de esta pandemia sanitaria. De hecho, el torneo local, en todas sus categorías, debió enfrentar un receso que algún momento parecía eterno.
El 15 de marzo de ese año se disputaron los últimos partidos en la Primera “A” y Primera “B” y recién se retomó la actividad en agosto de 2020. Fueron cinco meses de una eterna espera que puso de moda los entrenamientos virtuales y a distancia.
A la hora de los análisis hay varios PCR positivos. La amplia oferta del fútbol, al menos a través de las pantallas de televisión, ha sido significativa y oportuna, ya que quienes siguen con interés este deporte han podido sobrellevar las traumáticas cuarentenas sentados frente al televisor, disfrutando del fútbol local e internacional. Entre junio y julio hubo una invasión de oferta televisiva con los torneos de selecciones de Copa América y Eurocopa, además de programaciones de Copa Sudamericana, Copa Libertadores, Copa Chile y las ligas locales.
Y, precisamente, a partir de este contexto, también surgen los PCR con resultado negativo. La disputa simultánea de Copa América y Eurocopa nos llevó necesariamente a una comparación en varios aspectos. El ritmo y el nivel futbolístico europeo está, por ahora, a mucha distancia de Sudamérica. El ambiente en las tribunas también ganó por goleada en el “Viejo Continente”, donde hubo aforos permitidos y los hinchas marcaron presencia entregando ese colorido y clima, que en Sudamérica y, particularmente, en Chile está a punto de poder materializarse. La ausencia de hinchas en los estadios es claramente un PCR con resultado negativo.
También PCR negativo han sido los tristes espectáculos del fútbol chileno, que se han jugado en los pasillos, protagonizados por Lautaro de Buin, los que pusieron en serio riesgo el normal desarrollo de los campeonatos de Primera “B” y Segunda Profesional, con un Fernández Vial amenazado de ser contacto estrecho.
En este mismo contexto podemos citar a los clubes chilenos, que nuevamente tuvieron un rotundo fracaso en las copas internacionales, colocando nuevamente en el tapete la interrogante de saber cuál es el real poderío de nuestra competencia, donde queda en evidencia con algunas decisiones-como limitar los ascensos- que se sigue nivelando hacia abajo y más preocupados de los recursos provenientes de TNT Sports, que de competir con premios y castigos.
Ojalá en un futuro cercano existan más casos positivos que negativos, pudiendo el deporte en general retomar la normalidad y que desde los más pequeños hasta los más adultos puedan disfrutar del deporte, sin olvidar tampoco el fútbol joven y por cierto el balompié aficionado.
* Periodista