Por décadas, el foco de atención en el atletismo y el paraatletismo ha estado puesto, con justa razón, en los y las atletas. Sin embargo, existe un grupo de profesionales cuya presencia es silenciosa pero absolutamente decisiva, los Oficiales Técnicos Nacionales. Su evolución, especialmente en Chile, no solo refleja una maduración institucional del deporte, sino también una apuesta por la profesionalización, la equidad y la validez internacional de nuestras competencias.
Hoy, tanto la Federación Atlética de Chile como el Comité Paralímpico de Chile han comprendido que el desarrollo del deporte no puede disociarse de la calidad de quienes lo regulan. El crecimiento sostenido de los jueces desde árbitros amateurs hasta oficiales certificados internacionalmente, es fruto de un compromiso institucional por mejorar los estándares. Desde cursos especializados hasta certificaciones de nivel oro avaladas por WorldAthletics (ex IAAF), Chile ha dado pasos significativos para contar con oficiales capacitados, capaces de velar por la justicia deportiva en campeonatos nacionales y eventos de talla continental.
La apuesta no ha sido unilateral. La colaboración con instituciones como las universidades, las direcciones regionales del Instituto Nacional de Deportes, las asociaciones atléticas regionales, los clubes deportivos y las corporaciones deportivas han sido fundamental para fortalecer este proceso. Esa sinergia institucional ha permitido no solo ampliar la cobertura de formación técnica, sino también generar una cultura de calidad y responsabilidad en el desarrollo del atletismo y el paraatletismo nacional.
Esta colaboración activa en la formación de jueces, incluyendo su participación en los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos, revela una visión integrada donde la academia se suma a la construcción de un deporte más riguroso y profesional. Esta apuesta ya da frutos visibles en torneos como el Campeonato Nacional Adulto, el Grand Prix Sudamericano Orlando Guaita y el Continental Tour Bronzede la ciudad de Santiago, así como en múltiples invitaciones internacionales que han contado con la presencia de nuestros Oficiales Técnicos Nacionales. Su participación en instancias que van desde competencias sudamericanas hasta campeonatos mundiales específicos no solo demuestra que cumplen con los más altos estándares técnicos, sino que también han logrado posicionarse con prestigio y confianza en el ámbito internacional.
Desde la mirada global, World Athletics ha sido categórico, sin oficiales técnicos formados y certificados, no hay competencia válida. Su sistema TOECS (Sistema de Educación y Certificación de Oficiales Técnicos) ha sido el andamiaje que muchas federaciones nacionales, incluida la chilena, han utilizado para levantar cuerpos técnicos de calidad. La formación estandarizada no solo garantiza la correcta aplicación del reglamento, también abre la puerta para que nuestras competencias sean reconocidas y nuestras marcas tengan validez internacional. En ese sentido, el desarrollo de los Oficiales Técnicos Nacionales es también un camino para que nuestros atletas sueñen en grande.
En el plano paralímpico, el escenario es igualmente exigente y profundamente humano. Tanto el Comité Paralímpico Internacional (IPC) como el Comité Paralímpico de las Américas (AmPC)coinciden en que los Oficiales Técnicos Nacionales son piezas fundamentales para el desarrollo del movimiento paralímpico. Su labor no se limita al cumplimiento de cronómetros y reglamentos, sino que también abarca la promoción de la competencia limpia, la inclusión y la equidad. Las alianzas con World Para Athletics (WPA) y los procesos de capacitación impulsados en conjunto con Santiago 2023 no solo tuvieron como objetivo formar jueces, sino también dejar capacidades instaladas, fortaleciendo el ecosistema paralímpico y permitiendo que nuestros eventos se desarrollen bajo los más altos estándares de calidad.
El Comité Paralímpico de Chile, ha comprendido esta lógica perfectamente. Consciente de que sin jueces preparados no hay validación ni crecimiento, ha promovido instancias de formación que permitirán a Chile no solo organizar eventos internacionales con éxito, sino también proyectar a sus jueces al extranjero. Se trata de un círculo virtuoso, jueces mejor formados significan mejores competencias, lo que a su vez favorece el desarrollo de los deportistas y consolida la imagen del país a nivel internacional.
En definitiva, los Oficiales Técnicos Nacionales en el atletismo y en el paraatletismo, han pasado de ser actores secundarios a verdaderos garantes del desarrollo deportivo. Su presencia, preparación y reconocimiento son hoy condición indispensable para la validez de las competencias y el éxito organizativo. Invertir en ellos no es un lujo, es una necesidad estratégica. Y Chile, con aciertos y desafíos, está en el camino correcto.