No resulta extraño encontrar en los padres de algunos jóvenes jugadores comentarios del tipo “a su entrenador le hace más caso que a mí… Todo lo que le diga, él lo hace”. Este es un ejemplo de la importancia del entrenador como modelo y de la influencia que puede llegar a tener, influencia que ocurre no tan solo en niños/as sino también en adolescentes y adultos.
La definición más aceptada respecto al liderazgo es la ofrecida por Barrow (1977), que la describe como un “proceso conductual de influencia entre individuos y grupos en el logro de sus objetivos”.
Una de las teorías que explican el liderazgo es el interaccionista, que según Weinberg y Gould (1996), tiene consecuencias importantes para el liderazgo dentro del ámbito deportivo. De acuerdo con esta perspectiva, se proponen dos estilos de liderazgo: El líder orientado a la tarea, que se centra en el rendimiento y productividad de sus deportistas y, por otro lado, el líder orientado a la relación, que se interesa mucho más en las relaciones interpersonales con sus jugadores y que todos se sientan implicados a gusto. Un líder por lo tanto, debe ser flexible en su estilo de ejercer liderazgo, adaptándolo a cada situación con el fin de satisfacer las exigencias de los deportistas y del equipo.
Según estudios de Weinberg y Gould (1996), realizados en Estados Unidos con población universitaria e infantil, en situaciones muy favorables o desfavorables es más eficaz un líder orientado a la tarea, pero en condiciones moderadamente favorables resulta más efectivo los líderes orientados a la relación. En general, los deportistas más habilidosos están más orientados a la tarea y con ellos funcionan mejor los entrenadores que tienen un estilo orientado a la relación. Mientras, que los deportistas menos habilidosos, al necesitar de más instrucciones constantes para su mejora, lo hacen con un líder orientado a la tarea. Los deportistas más jóvenes necesitan sobre todo un liderazgo orientado a la relación a fin de lograr su máximo rendimiento, su crecimiento personal y su desarrollo (inmadurez en su personalidad).
Lo expresado antes, aporta algunas claves de carácter práctico para el entrenador/a, profesor/a, o formador/a quien desee enfocar su trabajo y el de sus deportistas del mejor modo posible.
Psicólogo deportivo y ex – futbolista profesional.