Comúnmente en jerga futbolística se le denomina jugador número 12 a la hinchada, esa que nunca deja de alentar y que incluso en los peores momentos levanta al equipo. Se cree y con toda propiedad que la fanaticada es un verdadero actor más del fútbol, ya que los jugadores se sienten más motivados a dejarlo todo en la cancha… ejemplos en nuestro país abundan de hinchadas fieles y pasionales, internacionalmente también.
Sin embargo, producto de la aparición del Covid-19, los simpatizantes no pudieron ingresar nunca más al estadio-hasta ahora-, y con ello desapareció la alegría, desapareció el folclore y se extravió la sazón que aporta un cantito de barra, el que fue reemplazado por un par de parlantes que simulan la presencia de hinchas, pero aquello está lejos de devolver la magia que nace desde el tablón.
Con la desaparición de los hinchas, desapareció también la presión de los equipos rivales, esos que al ser visitantes sentían la sensación de enfrentar a un equipo cuya barra no dejaba de alentar y cuya intensidad aumentaba a medida que el partido avanzaba, lo cual pasaba a ser un factor preponderante en varias ocasiones, existiendo reductos muy complejos de visitar.
Eso de alguna u otra forma equiparó la cancha… hoy es motivo de análisis encontrar reales diferencias entre el local y el visitante, siendo a primera vista mayores las facilidades para rescatar puntos en condición de forastero.
Sabemos y nos tiene muy alegres que los hinchas en un futuro cercano podrán volver a los estadios, con los cambios anunciados por la autoridad sanitaria y cumpliendo con los protocolos que la norma sanitaria contempla .
Pero también es legítimo plantearnos algunas interrogantes en este nuevo escenario. ¿Volverá a ser lo mismo? ¿cómo reaccionarán los jugadores, los árbitros y los técnicos al volver a jugar con hinchas?, ¿volverá a existir el equipo visitante y/o local con notoria diferencia como antes que la pandemia comenzara?, esas interrogantes solo podrán ser respondidas cuando la algarabía vuelva a los pastos nacionales y con ello el jugador número 12 renazca como el ave fénix y los parlantes formen parte de un mal recuerdo.