El básquetbol maulino sufrió la partida a los 88 años de un apasionado dirigente por la naranja. Por eso, el mundo deportivo está de luto. Carlos Órdenes Espíndola se encargó de masificar esta disciplina de los cestos, siendo la génesis en su querido y amado Ferroviarios.
Talquino por adopción (llegó pasado los 20 años) y nacido en Santiago, bajo el alero del Club Sergio Ceppi de La Cisterna, se encargó de formar a dos de los más grandes basquetbolistas de la capital maulina, como lo son Manuel Herrera Blanco y Franco Morales Órdenes.
La cancha de la 12 Oriente con 5 Sur llegó a ser su casa, porque ahí fomentaba la práctica del baloncesto, legado que le dejó a toda su familia, esa que se impregnó de este estilo de vida.
PRÁCTICA
Siempre luchó por mantener viva la práctica del básquetbol. Al pasar de los años fue ganándose un nombre, porque se las ingeniaba para continuar con los entrenamientos y compitiendo en distintos y torneos, siendo un formador por excelencia.
Su familia lo siguió en este caminar en el básquetbol, deporte que era todo para él. Quedará en la historia grande, porque dejó huella al dar su vida por esta naranja pasión.