Esta semana salió a la luz la sorprendente estadística que recae sobre Deportes Concepción, donde registra 7.359 espectadores promedio en sus partidos de local superando largamente a todos los equipos de la Primera B en asistencia de público. Lo sorpresivo es que el León de Collao compite en una categoría menor, en la Segunda División Profesional (2D). ¿Cómo podemos explicar este fenómeno? Primero, me gustaría dividir los actuales clubes profesionales de Chile en 2: en el primer grupo, tenemos los equipos con arraigo popular nacional o regional, instituciones con historia centenaria o que generaron sentimiento popular en sus últimas décadas, acá podemos nombrar a los 3 equipos grandes (Colo-Colo, Universidad de Chile y Universidad Católica), sumado a los elencos que en su región lideran el fútbol profesional como Iquique,Cobreloa,Everton,Wanderers, O’Higgins, Rangers, Fernández Vial, Temuco, Puerto Montt y el que hemos mencionado como Deportes Concepción, entre otros. En el segundo grupo tenemos a equipos nuevos que en las últimas décadas han subido al profesionalismo de manera inédita en su historia deportiva y que solían competir en ANFA. Acá tenemos Deportes Recoleta, AC Barnechea, Limache, Deportes Rengo, Real San Joaquín, Concón National y Lautaro de Buin por nombrar algunos. ¿Por qué hago la diferencia? Porque para mí aquí está la clave del porqué ocurre que haya equipos como Deportes Concepción, que compiten en categorías menores del fútbol chileno y que convocan más aficionados que varios equipos de Primera A y de todos los de Primera B. Los clubes del primer grupo poseen identidad de un club profesional. Hay un sentido de pertenencia con el club y son miles de fanáticos, que a pesar de los resultados deportivos, siguen semana a semana a sus clubes por todo Chile. Estos clubes en sus inicios fueron corporaciones, clubes administrados por sus socios y los líderes que ellos elegían. Son clubes que crecieron con esa identidad y que representan no sólo a un público determinado de la sociedad, sino a toda una comuna y/o región. ¿Qué pasa con el segundo grupo? Vieron a sus clubes triunfar en competiciones ANFA consiguiendo el sueño de llegar al profesionalismo. Pero acá empieza el problema. Estos clubes llegan al profesionalismo sin un arraigo y sentido de pertenencia construido como los clubes del primer grupo. La mayoría de sus simpatizantes son hinchas de otros clubes profesionales y por otra parte llega la primera traba legislativa, el club debe ser administrado por una Sociedad Anónima Deportiva Profesional (SADP), lo cual aleja más al club de la comunidad a la que pertenece y representa. ¿Cómo se soluciona? Las administradoras privadas tienen una oportunidad y a la vez el deber de construir club, generar sentido de pertenencia e identificación en la comunidad a la cual pertenecen.
Es sabido que la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas, necesita urgente una reforma sobre la manera de administrar los clubes profesionales. Exigiéndole más deberes y también otorgándole más facultades para que puedan vincularse con los estamentos gubernamentales y sociedad civil en post del crecimiento, no sólo del fútbol nacional sino también del deporte nacional. Crecer en estructuras deportivas que permitan a la comunidad participar, organizarse, realizar actividades deportivas y recreativas. También en la composición del directorio de las SADP, donde haya participación de corporaciones compuestas por los socios del club al menos para fiscalizar y opinar e incluso votar y vetar como es el caso de la SADP de Deportes Concepción. Si el León de Collao logró construir una SADP en base a sus socios, ¿por qué no replicar en la ley un sistema así? Esperemos y deberíamos exigir al Gobierno de Gabriel Boric como así también al Congreso, que se logren cambios en esta materia tan importante para el desarrollo de los clubes que tienen mucho que aportar a la sociedad chilena, tanto en materia deportiva, social y recreativa, lo que nos permitirá tener más personas realizando actividad física y recreativa. Es promesa de campaña del actual presidente. Debe asumir la responsabilidad y proponer lo mismo para la ANFP y todos sus clubes asociados.