Es un hecho que la Segunda División Profesional tiene problemas estructurales, que ya visibilizan los propios controladores y jugadores de estas instituciones.
Como la ANFP no entrega ningún apoyo económico a esta división, en la cual las escuadras no tienen derecho ni a voz ni a voto ante el Consejo de Presidente del ente rector, las demandas se han hecho sentir.
Recientemente gran parte de los Clubes lucharon para que la división fuera sub-23, con la finalidad de bajar los costos de plantilla, pero ante la intervención del sindicato de futbolistas, se llegó a un consenso, en el que será sin límite de edad, pero con algunas excepciones.
INCERTIDUMBRE
Ante este escenario ya polarizado, hay algunos clubes que han puesto en duda su participación, como ha sido el caso de Trasandino de Los Andes, quien a través de un comunicado dejó entre ver su eventual congelamiento de la licencia para este año por temas económicos.
En Linares si bien no ha habido un pronunciamiento, lo claro es que la S.A. que lidera Jaime Valdés, no ha dado señales de su participación para el 2025.
A un mes del inicio del torneo, todavía no hay claridad de quién será el entrenador, pese a que habían conversaciones avanzadas con Rodrigo Meléndez para continuar. Tampoco hay atisbos de jugadores que podrían reforzar al Club.
Según trascendidos, Valdés estaría buscando inversionistas para inyectar recursos para este año, considerando el alto nivel de gastos que considera la participación del Club y el nulo retorno.
Gráfica: Alfredo Ávila