La semana pasada tuve la oportunidad de jugar mi primer torneo Sudamericano de categoría senior en nuestro país. Fue un evento tan hermoso e impactante para mi crecimiento, que aparte de la competencia en la cual estaba inmersa, quise ir un poco más allá y conocer el ambiente y el porqué de tantos adultos mayores practicarán deporte. Me encantó escuchar sus testimonios y el aprendizaje que eso conlleva.
Es un mito muy grande de que entre más grandes, menos tenemos que movilizar a nuestros seniors, quedó en evidencia en este torneo que, sin importar muchas veces el resultado de ganar, lo importante para ellos era movilizarse por algo que los hiciera felices, tener un sentido de pertenencia con su equipo, superar su autoestima y tener un propósito de vida que los hiciera felices. El deporte en edad adulta integra y fortalece en todo sentido.
Según un estudio realizado en una tesis de medicina de la Universidad Católica de Concepción (Mario Valdevenito), se afirma que un estilo de vida activo aporta positivamente a la salud mental y favorece la generación de redes sociales. El hecho de que un adulto mayor pueda mantenerse activo puede ayudar a estas personas a mantener su independencia un mayor período de tiempo, además de reducir en porcentajes significativos el riesgo de caídas.
Felicidad que los moviliza, sana convivencia, compañerismo, superación y fortalecimiento de la autoestima. Una estimulación de energía fundamental para esta nueva etapa de la vida.