Todos sabemos que la pandemia ha afectado notablemente el desarrollo del deporte, en todos sus ámbitos, desde la formación hasta la competencia. Sin embargo, hoy dedicaré un breve comentario sobre una de las variadas estrategias, que pueden ayudar a masificar el deporte escolar, específicamente, en la formación de nuestros deportistas.
Debemos recordar, que la práctica deportiva se divide en forma simple en deportes individuales y colectivos. En los primeros, se enfrenta un jugador contra otro y son más difíciles de motivar en su práctica, en comparación con el fútbol, que es el más masivo dentro de la variedad de disciplinas deportivas que se pueden ofrecer en la educación primaria y secundaria.
El profesor y/o entrenador, con sus estudiantes, se preparan durante un largo tiempo para aprender o mejorar la parte técnica, táctica, física y reglamentaria, que conlleva este proceso, además, muchos docentes como técnicos, entregan horas extras para cumplir las metas u objetivos trazados a principio de año e, incluso, encontramos deportistas que llevan años tratando de alcanzar el sueño de logar un torneo para su establecimiento educacional.
Este deportista infantil, que también tiene obligaciones propias inherentes al proceso enseñanza-aprendizaje, debe redoblar su esfuerzo, como a la vez, organizar sus tiempos para cumplir y, por qué no decirlo obtener el primer lugar en una competencia comunal, provincial, regional y/o nacional.
No obstante, nos encontramos que las instituciones encargadas de masificar la práctica deportiva, continúan mezclando en sus eventos a estudiantes que pertenecen al taller, con escolares que están inscritos en una Asociación. Esta diferencia, durante la realización del juego, es notoria, puesto que el pre adolecente o adolecente tiene más horas de entrenamiento y mayor experiencia en resolver situaciones que se dan en todo momento en el encuentro.
Por su participación constante en diversos campeonatos, por ejemplo, podemos mencionar en los torneos individuales que muchos jugadores alcanzan a jugar solamente la fase de grupo, que son tres o cuatro partidos.
Entonces, ¿cómo reencantar al promisorio deportista para su continuidad?. Muchos podrán decir, participar en torneos por invitación o realizar partidos amistosos, pero, a todas las personas y, sobre todo a los niños, les encanta medirse o competir contra otro y, en especial, en un evento comunal, donde sea reconocido su establecimiento.
Desde la experiencia, se debería separar al deportista del taller con el deportista federado, puesto que, teniendo una base formativa amplia, podemos nutrir las diferentes Asociaciones, es decir, realizar campeonatos exclusivos para estudiantes de talleres. Para finalizar: “Debemos competir en igualdad de condiciones para fomentar”.