Todos están en conocimiento de que el ejercicio físico posee una serie de beneficios para nuestra salud, pero se desconoce sus real positividad, en especial aquellos que se relacionan directamente con nuestro funcionamiento cerebral.
Dentro de los efectos biológicos del ejercicio físico destaca la neuroplasticidad, la cual es uno de los mecanismos más importantes a nivel cerebral el cuál se modifica cuando los seres humanos vamos adquiriendo diversas experiencias. Esto se ha evidenciado en cambios estructurales a nivel cerebral, como el aumento de sustancia gris en regiones frontales y en hipocampo, siendo esta última la estructura donde se aloja nuestras memorias y se produce la neurogénesis, que es el crecimiento neuronal. También se ha podido registrar que tras la práctica de ejercicio físico programado por un tiempo determinado, los daños existentes a nivel cerebral, específicamente en sustancia gris se pueden revertir.
Otro de los múltiples beneficios del ejercicio físico, es la liberación de Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro (BDNF), el cual es una proteína que potencia a la vez la liberación de neurotrofinas, las cuales cumplen un papel fundamental en la memoria a largo plazo, la orientación (en giro dentado) y en la potenciación sináptica, permitiendo una mayor conexión neuronal. También aumenta los niveles del gen transportador de serotonina (SLC6A4), el cuál cumple un papel fundamental en patologías y trastornos de salud mental. Así como también la potenciación del sistema endocannabinoide, que participan en la sinapsis neuronal, que es la conexión neuronal.
Todo lo anteriormente descrito se evidencia en un mejor rendimiento cognitivo, el cual se ha podido demostrar en diversas edades de manera transversal en lograr un mejor rendimiento en tareas de atención, memoria y funciones ejecutivas. Los que también se han podido medir en relación al rendimiento académico en general en comparación a sujetos sedentarios. Es por esto que la actividad física previene el deterioro cognitivo y físico asociado al envejecimiento, mejorando sustancialmente la calidad de vida y el riesgo a desarrollar demencia o la instauración de patologías de salud mental.
Esto también se ha podido medir mediante respuesta cerebral y conectividad interhemisférica, donde la población que realiza ejercicio físico de manera regular presentan una mayor conectividad cerebral, ya que aumenta la circulación sanguínea a nivel cerebral y por ende los niveles de oxigenación.
El ejercicio físico cumple un papel fundamental en el bienestar de los seres humanos en todas las edades, mejorando sustancialmente la calidad de vida de quienes lo ejecutan de manera constante. En los niños y preadolescentes se ha podido correlacionar con mayores niveles de autoeficacia y resolución de problemas. En la adolescencia y la adultez, la actividad física se correlaciona con una mejor salud física y mental. Y en los adultos mayores aumenta la independencia, mejora el estado anímico y presentan una mejor salud física y mental.
Cuando ya existe la instauración de una patología neuropsiquiátrica, el ejercicio físico en la mayoría de las ocasiones es parte fundamental del tratamiento, debido a sus múltiples beneficios. Sabiendo que nuestro cerebro es plástico, esto quiere decir que se puede modular mediante actividades externas, durante toda nuestra vida. Por ejemplo, recientemente se está estudiando el ejercicio mediante bicicleta estática en pacientes con Parkinson, donde tras la ejecución de la actividad física se evidencian mejoras sustanciales en la performance motora tanto gruesa como fina del sujeto.
Un nuevo tipo de beneficio que se ha podido revelar por el ejercicio físico es en la epigenética, que consiste en cómo el ambiente influye en la representación de un gen específico. Por lo que el ambiente puede regular la expresión genética, sin modificar la secuencia de ADN. Donde se ha podido medir que la actividad física mejora y revierte las marcas epigenéticas a nivel cerebral, mejorando la expresión genética, siendo un factor protector en la presentación de patologías neuropsiquiátricas.
Aquí surge una pregunta y es ¿Qué tipo de ejercicio físico es el mejor para obtener los beneficios cerebrales? Si bien existe evidencia que tanto el ejercicio físico aeróbico y anaeróbico, generan beneficios a nivel cerebral, es el ejercicio aeróbico el que cuenta con una evidencia científica más robusta. Es más, una sola sesión de ejercicio físico aeróbico genera beneficios a nivel cerebral. Pero se considera necesario para que estos cambios permanezcan en el tiempo, mantener una actividad física de manera permanente.
En conclusión el ejercicio físico de manera regular genera múltiples beneficios a nivel cerebral tanto moleculares, epigenéticos, de conectividad y estructurales. Que a su vez se reflejan en una mayor sensación de bienestar y un mejor rendimiento cognitivo.