El ser humano posee una gran variedad motora, la cual es ampliamente flexible en los múltiples requerimientos diarios. Esta se encuentra dada por el sistema motor, el que se basa en la adquisición de representaciones neuronales mecánicas y factores ambientales que afectan su funcionamiento. Con respecto a las representaciones neuronales, estas poseen una gran flexibilidad y capacidad para almacenar diversas performances motoras, las cuales se mantienen y potencian mediante su uso continuo. En cuanto al sistema motor, este de manera frecuente debe responder de manera dinámica a las necesidades del medio, adaptándose y reacondicionando la performance de forma constante para alcanzar el objetivo motor. Quedando en evidencia que el sistema motor no posee una jerarquía estructurada, si no que es una interacción continua entre procesos cognitivos, perceptivos y motores.
La imagen del movimiento motor es una ventana de observación a procesos neuronales que subyacen a este tipo de movimiento. Manifestando una poderosa combinación de procesos perceptivos, toma de decisiones e instauración de acciones mediante entrenamiento. La acción motora se evoca, ya que abarca en una primera etapa cualidades perceptivas de implementación de la acción específica a llevar a cabo. Por lo que la presentación de imágenes de movimiento, es similar a las fases preparatorias de la acción, en donde la ejecución motora implica etapas de planificación y preparación de la acción motora. Esta teoría basa su argumento en datos obtenidos durante las últimas dos décadas, donde se han demostrado múltiples enlaces cognitivos dentro del sistema motor.
Muzert y Zentgraf en 2009, revelaron que mediante la imaginación de un movimiento motor y la realización del gesto motor existen similares funciones cognitivas involucradas en la representación motora a nivel de corteza cerebral, el cual denominaron equivalencia funcional. Siguiendo la misma línea Decety y colaboradores, demostraron que una tarea realizada con y sin estimulo visual, demoran un tiempo similar en llevarse a cabo, logrando igual activación cerebral durante un mismo periodo de tiempo. Por lo que a la fecha variados estudios han demostrado que tanto la observación como la descripción de una acción motora, activa áreas similares a nivel cerebral de igual forma que cuando se realiza la acción. Aziz-Zadeh en el 2006, evidenció la participación del área pre-motora ante estos eventos, dejando de manifiesto que neuronas espejo de esta área cumplen un papel importante en representaciones semánticas de una acción, ya sea mediante estímulo visual, verbal o ambas.
Por lo que podemos inferir que las representaciones cerebrales generalmente son multimodales, como lo reveló Halje en 2015, quienes demostraron que el giro frontal inferior contribuye en la construcción de representaciones multimodales mediante la semántica de objetos, en diferentes formas de modalidad e independiente del tipo de comunicación. Evidenciando que el giro frontal inferior puede albergar más de un sistema de observación de ejecución motora, sino que también posee un sistema de ejecución motora mediante la indicación por voz.
Las imágenes motoras y la observación de una acción, son técnicas actuales utilizadas en la rehabilitación deportiva prácticamente en todos los centros de alto rendimiento a nivel mundial. Estas técnicas son tan efectivas, ya que pueden producir similares cambios a nivel cerebral al igual que la realización de una acción motora. Esto ya que comparten redes neuronales asociadas en la ejecución del movimiento, y son técnicas que benefician la rehabilitación física tras una lesión deportiva, a través de la activación de neuronas espejos, plasticidad neuronal y mejoramiento de habilidades motoras mediante aprendizaje y re-aprendizaje motor.
El esquema ilustra la activación cerebral y fisiológica durante la OBSERVACIÓN DE UNA ACCIÓN, por ejemplo, mirar un tiro libre en fútbol. A nivel cerebral se produce activación del sistema de neuronas espejo: porción rostral del lóbulo parietal inferior, corteza premotora ventral, porción posterior del giro frontal inferior y porción posterior del surco temporal superior; ganglio basal y cerebelo. A la derecha se ilustra las modificaciones fisiológicas: aumento de frecuencia cardiaca, aumento de presión arterial, aumento de frecuencia respiratoria y modificación de la impedancia de la piel, similar a cuando se realiza la acción que se está observando. El-Deredy y Espinosa, 2018.
El esquema ilustra la activación cerebral y fisiológica durante la IMAGINACIÓN DE UNA ACCIÓN, por ejemplo imaginar la secuencia de pasos que se deben cumplir en un golpe de derecha en pádel. En la parte superior izquierda de la figura se ilustran las áreas cerebrales que se activan durante la tarea de imaginería motora: lóbulo parietal superior, lóbulo parietal inferior, precuneus, corteza premotora, área motora suplementaria, corteza cíngulada anterior, ganglio basal y cerebelo. A la derecha de la imagen, se ilustran los mecanismos fisiológicos producidos durante la imaginación de una acción: aumento de frecuencia cardiaca, aumento de presión arterial, aumento de frecuencia respiratoria y modificación en la impedancia de la piel. El-Deredy y Espinosa, 2018.
Estas técnicas pueden jugar un papel en el aprendizaje, re-aprendizaje y mejoramiento de habilidades motoras deportivas, y el rol que cumplen en este proceso las neuronas espejos, plasticidad de áreas sensoriales y motoras tras lesiones periféricas que afecten el esquema corporal. Esto ya que el último tiempo se ha generado la necesidad de una transferencia desde el conocimiento de la neurociencia básica a la práctica clínica. Particularmente en neurorehabilitación, que, tras una función perdida, se aplican estrategias alternativas que puedan suplir esta función, no prestando atención a las bases neurofisiológicas responsables de la alteración, perdiendo el propósito de restaurar circuitos neuronales específicos asociados de manera directa a las funciones perdidas, así como áreas o vías complementarias que potencien la restauración de funciones alteradas. Teniendo en conocimiento que un patrón motor especifico en un deportista, conlleva mucho tiempo de adquisición, y que una mínima variabilidad en la performance puede afectar por completo el resultado del objetivo planteado.
La utilización de equipos de medición de función cerebral ha demostrado que las técnicas de imaginería motoras y observación de acciones, producen activación de las mismas áreas cerebrales que cuando se realiza el movimiento deportivo de manera real.
Debido a superposición neuronal que se ha evidenciado en observación de acciones y imaginería motora, se han realizado estudios que suman estas dos técnicas, arrojando esta intervención que se produce una activación mayor en las áreas involucradas en ambas técnicas, mejorando considerablemente la performance motora y una mayor activación de parámetros neurofisiológicos.
Estas técnicas son un acierto en la explicación de la asociación existente entre las neurociencias básicas y la rehabilitación. Generando el interés en conocer las bases neurofisiológicas tras una lesión, con el propósito de restaurar las redes neuronales asociados a la alteración, y dejar de intentar compensar perdiendo el objetivo de la real alteración a nivel cerebral.
Por lo que podemos concluir que las técnicas de imaginería motora y observación de acciones en deportistas, son un benefició en la rehabilitación física y neurológica, sustentado sobre un amplio número de investigaciones. Además, cabe señalar que son técnicas económicas, que necesitan de pocos minutos diarios para obtener resultados favorables.
Kinesióloga
Magister en Neurorehabilitación
Magister en Neurociencia
Doctora en Neurociencia cognitivas y psicología