¿Por qué la U no gana en el Monumental?, ¿por qué a Colo Colo le cuesta avanzar en Copa Libertadores?, ¿por qué a Chile le costó cien años ganar la Copa América? y, principalmente, ¿por qué Rangers no gana de local?
Y, es que la dificultad en conseguir el logro de objetivos específicos en deportes colectivos es una pregunta que muchos nos hacemos. Hinchada, prensa, entrenadores, profesionales ligados al deporte y también los jugadores.
¿Qué factores son determinantes?, ¿hay un solo factor trascendental?. Y la respuesta puede tener múltiples visiones.
Rangers atraviesa su peor momento deportivo, tras diez años transitando por el ascenso, sin siquiera haber tenido opciones reales de lograr la meta. No es un misterio para nadie, de los que asiste regularmente al Fiscal, que los fantasmas afloran cada vez que se presenta de local.
¿Cuántas veces no resonó en nuestra cabeza la frase “este partido ya lo ví”?, ¿Cuántas veces no pensamos antes de ir al descanso “no se puede jugar peor”, y volviendo del segundo tiempo, efectivamente jugaron peor?
Las ocasiones son muchas a lo largo de estos diez años, donde nos hemos llenado de fantasmas, frustraciones y decepciones.
¿Qué factores implican llegar a estos? Pueden ser muchos. En el deporte, siempre se habla de cuatro enfoques principales: táctico, técnico, físico y psicológico. Desde lo deportivo ha pasado de todo. Han venido los mejores jugadores, entrenadores y no pasa nada.
Dentro de estas temporadas, destacaron planteles donde se ha juntado una buena cantidad de talento y experiencia. Y nada. También hubo de otros, donde estuvimos coqueteando con el descenso, y así suman y siguen años.
Se van sumando fantasmas, que aparecen cada vez que el rojinegro entra a la cancha en Talca.
Durante este 2024, se logró conformar un buen plantel, con talento, alternativas y experiencia, pero… ¿Qué pasa?.
Cada vez que le tocó jugar partidos claves y, ante rivales con menos pergaminos, no se pudo ganar en casa. Diego Rojas y Humberto Suazo nos mandan saludos, por nombrar algunos jugadores.
No es desconocida la mochila emocional que carga Rangers, por los diez años en la B. Lo sabe la prensa, el hincha, técnicos y futbolistas. Lo hacen notar y con justa razón.
Lo conoce el jugador que llega, que la responsabilidad existe y que esa mochila la debe cargar, tenga o no responsabilidad en estas temporadas.
Algunos lo toman como un desafío y crecen. Otros, llegan con mucho recorrido, pero no logran plasmar en cancha lo que fueron o lo que son. Rangers vive en el limbo de una “desesperanza aprendida”, acrecentada por decepciones y frustraciones acumuladas tras una década.
¿Y que pasará en la mente del jugador? Desde la psicología, podríamos decir que el equipo carga con esa presión. El murmullo del estadio tras un mal pase, el temor a equivocarse y no cumplir con la expectativas como factores internos, y toda la presión que ejerce el mundo Rangers, con justa razón, a través de su hinchada, la prensa y el día a día, como factores externos.
Además, hay una explicación biológica, donde los factores internos y externos, terminan afectando en la configuración cerebral, influyendo en el córtex prefrontal y la zona ventral del núcleo estriado: los responsables de la toma de decisiones, el riesgo y los juicios, orientando la atención desde elementos relevantes, a la atención por la consecución del resultado y sus consecuencias, que en Talca, generalmente están siendo negativas, afectando al juego asociado, pues cada jugador velará por proteger su propia integridad.
De lo interno a lo externo. De lo biológico a lo subjetivo, desde la prensa a la hinchada, todos queremos lo mismo: volver a Primera y, para que ello ocurra, se deben conjugar una serie de factores que permitan el logro del objetivo. Todos somos importantes.
No debemos olvidar que todo pasa. La “U” ganó en el Monumental, Colo Colo avanzó en la Copa, Chile fue campeón de América y Cobreloa logró el ascenso… y, ¿nosotros, cuándo?. Las buenas ya van a venir.